martes, 17 de diciembre de 2013

Mis padres

Mis padres hicieron su muralla
su historia,
fortificaron las habitaciones
nos dieron ídolos y dioses,
cargaron la vida que no podíamos asir.

Cuando el otoño llegó a su puerta
la incomprensión cegó
la falta de aliento les tomó las manos
quise quererlos,
alguien los cuido en su nacimiento
pasaron por la cordillera de los años,

ahora son míos.

Marcela Ramírez

Con mis sueños

Con mis sueños comunes
hubiera querido salvarte
de la pena de intentar comprender,
evitarte el dolor del mundo
pero sé, que ese sueño es fatuo,
inevitable desde mi pequeña humanidad.

Hermosa niña,  crecerás y verás todo distinto
me arrojarás al abismo y aun así
te seguiré esperando para decirte
que todo pasa, sea obsceno o gentil
en las márgenes de los ríos no sólo hay muertos
y si los hubiera ellos mismos te mostrarían
que debes sonreír con los pies sobre la arena.

Ojalá pudiera quitarte de esta locura,
y que el mundo fuese ideal como imaginamos
sin muecas de sufrimiento,
sin corporaciones devora mentes.
Estás aquí, mirándome aún

y te querré hasta que lleguemos al río.

Brenda Ramírez

lunes, 9 de diciembre de 2013

Dátiles

El mundo arroja dátiles, proyectiles,
verborrea homicida
mi hogar tiembla, pero siempre regreso
es mi casa sea que llueva y maten ciegos.

Nos retorcemos en esta tierra
mas en el fondo seguimos soñando,
seguimos riendo
se confunde con ignorancia
como si el absoluto flotara en algunas cabezas
como si alguien tuviera las respuestas.

Vamos a golpear al sabio y que escupa la verdad
vamos a sacarle los ojos a la ciencia
meteremos libros
entre las piernas de la juventud ignorante…
¿de qué? de ciencias y de cómo funciona el mundo
cómo funciona nuestra pequeña huella,
─oh sí, es tan importante─.

Vamos a quemarnos los dedos
de tanto masturbarnos con viejos pasajes,
los monstruos que nos dan de comer
devorarán nuestra mesa

mientras explico...

Brenda Ramírez

domingo, 10 de noviembre de 2013

Lenguas

Me inscribo en el fondo, el orgasmo inexistente, rabia parida por el mar cazando niños en la costa.
¿Por qué tenía que armar mis pensamientos con imbricadas lenguas? 

Un invento de los años, del mundo, de la construcción. Cúmulo de idearios, anclas en el alma. Si escarbase con las uñas, si rascase la costra, nada más simple que mis instintos, donde pisan mi pecho los pies de la civilización. 

Al oído me hablaba el viento ligero, y me acosaba: ya eran las dos, tres. La hora de dormir y esperar los años. Un milenio que no me pasa por la cabeza. La inútil aparición. ¿Por qué las delicias deben de ser un aguijón y una espada? Mi pensamiento ficticio, hecho un colagge de tristezas. ¿Y para qué?

Brenda Ramírez







lunes, 4 de noviembre de 2013

acaso a veces

Sólo a veces puedo ser yo
con una sola lengua,
con el mismo idioma
sin necesidad de más.

Sólo a veces puedo recordar
suave paso, ruin pasatiempo.

A veces puedo ser otra
nada de esto, sólo otra
y acaso así, puedo ser yo
soñando no ser nada
de lo que a diario soy.

Y las mil ficciones y los métodos
se los paso por las ingles
puedo bailar y canturrear
después quizás un sicario,
me mire entre sus fuegos.

Me importa tanto cada día
cada moneda olorosa
porque nada importa,
en el crisol veo a mis hermanos
son un fantasma viejo
miro a mis padres y lloro después.

Son mi piel, son yo
la amalgama de mis días
jamás podrán ser nada,
serán todo
y la luz nos hará pedazos.

El olor de la muerte será de copal
de sirios y oscuridad.

Acaso a veces, puedo ser yo
olvidando todo
lo que a diario soy.

Brenda Ramírez

domingo, 27 de octubre de 2013

Angustia

Llegaste con una daga, me has hecho añicos sin ni siquiera tocarme. Angustia, violento vendaval desnudándome en silecio, llevando mis huesoso al precipicio, te quiero cerca. ¿Por qué le pido a Dios que te cuide, si no hemos hablado con él? Quisiera que todos los fetiches se acomodaran frente a ti, te amaran. La desesperación se llama igual que yo, falla en cada palabra y acto.  ¿Viajaremos juntos al salto claro del amanecer? No soy una niña, y mi angustia huele a la angustia sin mi madre: abandono cristalino ante mis ojos. He crecido contigo, ahora hay madurez mirando al futuro, pero lloro, cerca del vertedero espero milagros. Huyo de la realidad escribiéndote, creyendo que arreglaré algo, pensando que llegaré a tu latido. Llegaré.

Brenda Ramírez

sábado, 26 de octubre de 2013

Me ahogo en ti

Me ahogo en ti. Ningún día siguiente brota porque te espero. Puedo ser moderna, pero arrebatada, con el corazón entero en el tuyo, con la sonrisa en tu risa. Las paredes caen, trato de diferenciarme para no sucumbir y acariciar tu dolor. Apasionada, lo suficiente para que me malinterpreten y me pisoteé la sociedad, para que las calles me reciban donde es preciso perder.  Te sigo de todas maneras, nuestro hogar está cerca. Sólo quiero volver a verte cada medio instante que me vuelvo más muerte, cada partida en las nubes, quiero volver a verte, antes de romper el ancla que nos tiene aquí. Mientras todos los egoísmos paganos se vuelven más inertes, quiero ser más tú para saberte curar, quiero ser menos yo ante ti para saberme alejar, con el canto de tu nombre y los días en mi piel.

viernes, 25 de octubre de 2013

Cursi

Cursi, con la alcoba en la mano
las canciones que me dan a comer
me han destrozado los intestinos,
azúcar hipócrita.

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Gusto de llorar en la escamas del cocodrilo. Gusto mío de reventar las siluetas de la miseria y de la cabrona muerte. Gusto de adorar la expresión de mis amantes. Sueños centrífugos de darte mi hígado, de no necesitar más que la flexión de mis piernas. Vomitar historias viejas. Sacarnos del fango, disfrutar su olor seco.

Brenda Ramírez


domingo, 20 de octubre de 2013

Olvido y depravación

Habría querido escribir algo tan dulce como la cuenta de los meses, los días, las horas que me acompañas. Quizás habría evocado a Dios, aunque lo desconocemos, y le hubiera pedido que te abrazara. Habría escrito una carta bañada de perfume (prestado, porque no tengo ninguno). Me pregunto si mi dulzura es insuficiente, porque más bien es agridulce, y mi ánimo masoquista. 

Habría querido nacer en otra cuna, la de una perra, en una más acorde a mi bestialidad, sin la civilización de mis ganas y deseos, así, te permitiría toda la haraganería que sueñas, que evitamos, porque el sello de la infancia nos lo impide.

Como no hay nada más que escribir al amor, al amor abstracto y al bastardo, como deben haber millones de poemas y los que faltan, no puedo llegar a ti, tú que imprimes la vida en dos palabras, en un beso y con calma aparente escupes a los ídolos de la humanidad (mientras muero de risa),no alcanzo a consolar al niño de tu alma.

Deberíamos bautizar nuestros encuentros de manera diferente, no encuentros amororsos ni citas, mejor olvido y sustracción (aunque suene metódico), no, mejor depravación y olvido de nuevo. Olvido constante: adiós  a las millones de palabras que jamás leeré, adiós a los miles de millones de pesos que están en nuestras mentes y tampoco tendré, adiós a los abrazos hostiles en el metro, adiós a los estudios de la felicidad, adiós a huir del miedo, bienvenida seas, muerte inconmesurable y arrojo.

Cambiar de nombre. Supongo que por eso los amantes se inventan apodos idiotas, para dar peculiaridad al amor, dar ternura, y yo, no alcanzo a dar con ella. Mi mente se abre ante tus ojos y el universo repele lágrimas de tras de ti, en tu baile, en nuestro espacio inventado, ínfimo y absurdo, oh sí, para el rey y el mundo, pero es mi tierra y mi hogar, hecho de carne e imaginación. Nos condenrán porque la realidad  es la vida, el éxito y la senda. Pero te lo dije: olvido y depravación.

Ronrroneas, masticas, estoy olvidando, te estoy depravando. Amas y escribes, te estoy olvidando me estás depravando. Sonríes, matas, me estás olvidando, te estoy depravando. Besas y hablas, estás olvidando, nos depravamos. ¿Y cuando acabe el olvido...qué? habrán otros nombres con que bautizarnos y me olvidarás y me conocerás de nuevo ¿Qué tal? en otro tiempo nos depravamos.
  


Brenda Ramírez







sábado, 19 de octubre de 2013

Mujer


Niña, soledad entrante
fracaso de mujer occidental,
pequeño púlpito y cacho de historia
estómago con raíces
atadas para la inexistencia
¿ acaso alguien pensó
en darte placer?
a veces el cariño es caro
y la insistencia, vasta.

Drama en cada desayuno
y antes de decir adiós,
porque la enseñanza embustera
no pudo hacerte mujer
con eme mayúscula,
la niña, te comió el rostro
y buscó a papá,
la niña te jaló las manos
y se deformó en tu alma.

Te deletreas
como un patrón incompleto
sin arreglo ni término,
y para andar en lo correcto
bastó sonreír diligente
mujer, con pies que cruzan
las fauces inútiles del amor,
lloras de locura que no sirve
te aparta
eres demasiado descontrol
para ver el mundo
eres insuficiente para sentir
más allá de ti.

Serás cal, por fin estable
tan próxima y lejana
con dioses en un grito.

Brenda Marcela

viernes, 18 de octubre de 2013

Tercer mundo

En el tercer mundo somos muchos, eso dicen, y somo ignorantes (señalan también). Somos morenos como quema el sol, un poco zombis (¿o un poco muertos?), y tan trágico suena el cuento que cerramos las ventanas, cubrimos los oídos y hablamos a los cielos. ¿Cómo no íbamos a buscarlo y maniatarlo? ¡Qué necesidad de él! : Amor en la casa, en las calles, en la escuela, en la oficina, en la mañana, a las seis, amor y muchos hijos. Adiós quemazón del día, apártense alimañas: mi reflejo.

El amor, salvación de los tercermundanos, salvación, pero sin el formato de telenovela, sin tomarse en serio las tragedias, que yo no mato por amor, prefiero amar la muerte sin llenarme de drama, que sobra, ¡mierda!, vaya que sobra.


Brenda Ramírez

jueves, 12 de septiembre de 2013

Deletrearía tu nombre en mi último sueño


Deletrearía tu nombre en mi último sueño, besaría los resquicios de tu carne, sabría letanías agridulces para adornar nuestra retirada. Caminaríamos juntos antes del manicomio. (Tus pasos son yerba nociva que he seguido desde aquél martes). Lo haría si tuviese certeza, si volase sin a alas. Haré maravillosa tu orilla de existencia.

Brenda Ramírez

miércoles, 11 de septiembre de 2013

Vomité existencia

Sorbe lo que de mí queda
la noche no tiene sentido
jamás como hoy vomité existencia
ensucié mi sombra, quedó harta
de escucharme hablar
veinte años, deglutir lo mismo
¿vienes?

......
Me diluyo en el vacío. Ahogada en mi propia boca.
Lo sé: mañana te abrirán las piernas
cualquier momento es bueno
para dividir el dolor y compartirlo,
llenarse de sucios suspiros.

......
Mi casa para el olvido
santo lugar para fornicar
dejar de caminar con miles a los lados
y sus ojos al cielo.
Mi casa ya no es mi niñez
ni mi refugio,
niñez rota de humedad
bendición de demonios
(puros azulejos y hologramas).


sábado, 24 de agosto de 2013

Cadáveres a la orilla

Mi alma es hoy,
una cascada interminable
con cadáveres a la orilla
y cabelleras flotantes,
animales sedientos viéndome correr
sin poder llevar a los muertos
a donde les corresponde.
Hoy mi alma es un río turbio
infinito dentro del amanecer
temblando de placer por las lenguas

que depositan en mí su esperanza.

Brenda Ramírez

lunes, 19 de agosto de 2013

Callará mi voz dos veces

Callará mi voz
ésta que regurgita y carraspea
no más palabras ni sueños que se tuerzan
ni pesadillas que vuelen.

Un día, sin que te tome del cuello
y gima en tu garganta,
callará mi voz antes de morir
cementerio de silencio,
mas la advertencia nadie la advierte,
seré muda, sin líneas melancólicas
sin odio perpetuo,
creerán que soy respetuosa
no amigos, sólo habré callado
por vez primera.

Nada de niños comiendo de mí,
ahora sí vendrá la muerte,
alimentaré la esquina que conjunta la historia
al ladrillo donde dormirá el sarnoso,
callará mi voz dos veces.


Brenda Ramírez

sábado, 10 de agosto de 2013

¡A masticar pan remojado en té!

¡A masticar pan remojado en té! Mi pasatiempo favorito. Recuerdo al gordo del camión, sus nalgas no caben en el asiento. Lo he visto nueve veces en mi vida con el volante en las manos, tengo compasión. Recuerdo el olor a fierro, brinquitos en el microbús, calles de mota, ojos a través de un vidrio quebrado.

Muerdo el orégano y la sopa la corto en dos ¿Por fin en casa? Sólo hasta que llegue mi verdugo.
Adiós a la música de Arjona. Hace años que revolcó a la misma gata tres mil veces, en todas las posiciones la hizo maullar.
Silencio.

Disfruto de los ojos desorbitados, la lengua dura, el golpe rítmico, la próxima generación que gruñe en mi vientre. Cállate, le insisto a mis impulsos de madre.

Debo escribir. Nada de ciencia, ni de lamentos: ¡Gocemos en mi penumbra, yo robé todas las luciérnagas de la Sierra Negra!

Llévate al culo, preciada existencia, a los corazones rotos.

Chocolate caliente, arden mis encías. Tengo una petición a la muerte: espero que me presente a Sylvia, no importa cuando.

Brenda Ramírez


domingo, 7 de julio de 2013

Caos

El romanticismo suicida nos hizo un guiño, tú me miraste para reír. Masticaste mi origen y desechamos el drama. Nada de muerte ni alcohol en las lágrimas. Toda la basura de tus vecinos la soñamos en sus culos ¡para que aprendan! (risas). Asimétrica me concibió el mundo, ¿de qué otra forma habríamos de entendernos?  Imperfecciones asidas a la cama, repasamos algunos recuerdos con aguijón, reímos más. Las vibraciones matemáticas irrumpieron nuestros pensamientos,  todo es perfectamente vertical, todo para el cielo prometido y para los puños erguidos en la victoria. Nos tragaba el mundo y sus relojes imprescindibles, nos comía la tierra con sus millones de años,  los miedos de cada hombre tocaban la ventana. Carcajadas, nadie abrió jamás.

Brenda Ramírez

Volcanes

Dijiste que descubriéramos los volcanes, el signo latente de nuestra estirpe. Resbalaron las leyendas de tu lengua. El mundo no se detuvo ni un instante, ni el tiempo que inventamos, ni los deberes o las trayectorias, ni el caos cerró la boca, todos prosiguieron: Valeria en su bicicleta, mamá cocinó arroz, dos arrugas más para mí y la abuela, el olvido sacudió la tarde frente al teléfono, tu hermana lloró entre los comerciales de televisión, el reloj dio señales de vida tica, tac, las seis; el sol ruborizado caía, un gato agonizaba.  Me precipité a las leyendas, entre viejos dioses y serpientes. De tu lengua brotaron adioses.

Brenda Ramírez

viernes, 14 de junio de 2013

Con la sonrisa


Debería escribir poemas con aves que no caen
con sonrisas en los nacimientos,
familias alegres, de esas que sí hay
en los lugares oscuros de mi nación.

Tengo el alma reventada
herida pero con amor,
agrio y dulce placer que me llena
en mis planes inválidos cada mes.

Iré por ti, rescatando la alegría
—de verás, no está extinta—
lejos del dolor agudo de una tarde sin mamá
lejos del chillido destemplado
que hace eco de la soledad,
sin miedo tóxico en las calles,
iré con la sonrisa que aquí guardo.

Será parecido a mi hogar un martes a las tres
abiertos a los temblores de la tierra
a los rugidos de sus adentros,
dejaremos a nuestras palabras abrazarse.

Y apacibles en la alcoba
comeremos ciruelas del árbol viejo,
te haré nacer con mi sonrisa.

Brenda Ramírez

domingo, 12 de mayo de 2013

Dulce




Estaban nuestros dedos
en el fin del mundo,
donde las horas lloran
tlac, tlac
había calor en mis miembros
Oh, sí
quería desmembrarte.

Si tus ojos  sabios
no supieran mirarme,
si tu ceño grueso
no supiese encantarme,
estarías mil metros bajo mis pies.

Pero matamos a los viejos que lloran dentro,
los niños que se besan bajo el árbol
estaban ausentes.

Supiste maldecir la hora
en que los improperios de la vida
tocaron nuestro interior.

Mira que soy hueca
y  vomito basura,
pero sé decirte algo dulce
antes de que se lo coman las hormigas.


 Brenda Ramírez

viernes, 26 de abril de 2013

Letanía



¡Sálvame! Oh, histeria malnacida, licor de anochecer. Allá vienen los verdugos llenos de amor entre las piernas, sálvame, miseria de mil años. Devoraré a los niños de estómagos vacíos, en mis adentros hay un canal donde podrán beber diáfana vida —y la profesional tristeza, morirá—. Pequeños, un día los veré crecer y vivirán con fuego.

Hombre de diez años, te he podido amamantar con la locura de mis pechos en la mañana ¡Sálvame! Los hombres sabios  y las mujeres hermosas me seducen y yo digo sí, vamos, al final no es tan malo. Es absurdo llorar con mi pecho fermentado.

Sálvame, y no digas que esa es mi tarea,  sea cierto o no, te lo suplico, las ilusiones no son tan malas. ¿De qué otra manera podrías haber nacido?

Los rezos no me van bien.

Brenda Ramírez

domingo, 31 de marzo de 2013

Evadné 2


Todo sucede en mi cabeza. Confrontación.

 “Hay una niña. Imagínate a un zombi de cinco años: esa soy yo. Pequeño adefesio que anhela volver con sus padres, que a veces quiere estar sola ¡pero vaya!, yo he crecido y ella está frustrada. Esa niña vive en mí. Saca de su saco recuerdos, me los avienta a la cara. Miedo. Me dice que tú no existes, que todo lo de ayer  es algo terminado, hoy todo valdrá madres. No hay cuentos de hadas en la realidad, ni reyes magos, menos amores eternos que en Disney pintan a través de las películas.  Ella lo ha sufrido y me lo repite mil veces. Tonta, estúpida me dice. Titubeo sobre el camino donde andaba. Donde era mujer con una dirección…”

Brenda Ramírez

lunes, 18 de marzo de 2013

Evadné1



EVADNÉ 1

Evadné, rota y absurda. Con amor y sueños que nadie puede ver.  Ilusiones y  fantasías anidadas en la mente, pululan como mosquitos sobre fruta. Pensamientos molestos chocan unos con otros. Recuerdos insistentes me hablan al oído: Evadné, soy yo: Ayer, el eco de tus pendejadas. Mírame…

Cuaderno de notas
26 enero
“Un día más.  Sol y luna, mujeres y hombres, muertes y nacimientos, yo, sigo viva.”

Hay un lugar donde el tiempo no cabe, donde no se violan mis sueños. Ahí puedo ser y hablar. La boca de Amor, el cuarto de Amor. También hay un sitio donde la esperanza y la desesperanza son la misma cosa. Mi vagina, la culpable de mi culpa y de mi placer, de mi alegría, de la nada.

1ro de febrero
 “Puta soledad. Putas tardes de luces tenues que arden. Maldita inseguridad que me arrastra. Estos días no soy yo, no me he reconocido en ningún momento, de ninguna manera. Ni infeliz, ni contenta, ni perra ni estudiante ñoña. Soy el despojo de mi terror. No me gustan los días, y a diario los vivo: despierto y duermo en un ciclo interminable hasta mi muerte, después vendrá la eternidad. ¿Qué resplandor me dará fuerzas? Tenía una seguridad, mas era endeble, se rompió. Después llegó Amor… 

Bren Ramírez

sábado, 16 de marzo de 2013

Sucia soledad

La habitación huele a tristeza,
sábanas con ácaros, cabello sucio,
nada de exigencias: reconfortante soledad.

El mundo cae, se hace pedazos.
Yo traté de rescatar a alguien, me pisaron la cara
lloré.
hoy estoy para zurcir el tiempo.
mañana volveré a destrozar mis dedos.


Brenda Ramírez
Hey, vaya que te he abandonado.
No queda mucho:
mi suciedad de días,
las palabras sueltas
diluidas en café.

La historia de un adefesio
y la mala ortografía
que me acecha
estoy olvidando...

Brenda Ramírez

viernes, 8 de febrero de 2013

Breve historia del caos



1
En el borde de mi hogar caen esferas y  animales, cocinan sus cabezas cuando por accidente, pensamos en ti todos los inmensos y estúpidos seres engendrados en el útero del caos.
2
Camino constantemente por los túneles, el vientre del infierno, creyendo eterno el espasmo de cada generación. Estoy hartándome. Molesto a las criaturas bellas de hocico de perla, comienzo a vejar sus ojos dulces y bocas plácidas, me aburre su aparición en la carretera donde se torció mi pie. Caigan del puente, les grito, caigan directo donde no hay luces blancas ni dientes.
3
Bebo saliva, pura baba, baba impura de los restos de las palabrotas de mi madre.  Me recuesto sobre la huella gris de la humanidad… mi gran yo se retuerce en la alfombra de cenizas, para seducir con sus lágrimas tu fantasía de macho. 

Brenda Ramírez

sábado, 12 de enero de 2013

Tengo palabras


Tengo palabras, ¿por qué habría de temerles? Que se lean o se ignoren, son mi único recurso para no delegarme a la demencia. Las palabras entrarán en cualquier vagina o en ningún pensamiento, guerreras repugnantes en las filas de algún verso, fuera de mí y al fin, mi propio deseo sucio e incompleto. El reflejo de la frustración intocable, y morirán, queridas, conmigo.

Brenda Ramírez

jueves, 10 de enero de 2013

Lloren, pero vengan


Llorar, maricones, llorar a lado de una casa vacía, un jardín y la enorme pelota roja denostando felicidad. La vida entera deglutiendo refresco, ¿qué más habrá? Llorar y encogerse en la sombra de los árboles: obras de arte con diez brazos,  cien dedos  y mil hojas. Llorar tan torpe e inexpresiva, en medio de la mugre que transpiran los horizontes. Hombres perdidos que conocen sus caminos. Yo no, ¿a quién diablos sigo?
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Desposeídos, ¿existimos? Pregunten por mí: nadie me sabrá. Perdidos, colegas, estamos en el espasmo de este tiempo. No hay lugar para florecer entre la indiferencia, soledad…          
Queridos, ábranme sus libros, sus brazos y las bocas con que acostumbran recitar —con que suelen cantar—. Ábranme las manos con que dan luz a la música o a las historias, átenme a ellas. Amigos, vengan a conocerme, yo les abro mi alma pútrida, desesperada pero sincera, vaguen pero vengan, los busco, vengan.

Brenda Ramírez