Mis padres hicieron su muralla
su historia,
fortificaron las habitaciones
nos dieron ídolos y dioses,
cargaron la vida que no podíamos asir.
Cuando el otoño llegó a su puerta
la incomprensión cegó
la falta de aliento les tomó las manos
quise quererlos,
alguien los cuido en su nacimiento
pasaron por la cordillera de los años,
ahora son míos.
Marcela Ramírez