lunes, 30 de octubre de 2017

Rostro caído

Con el rostro desteñido
Vienes hoy que el recuerdo se apaga
¿Acaso viste las crudas grietas
O los gritos enmohecidos de la mañana?

¿Por qué con la cara rayada?
Te ha embestido el tren malicioso
Mientras te soñaba en la conducción
De una nueva máquina
Mientras te imaginaba en la creación
De un puente a nuestras almas

Has venido con la cara en pedazos
¿Eres el trozo con más boca o con más ojos?
Por qué lloras
Como si los párpados se descosieran
¿Qué has hecho
Mientras estaba muerta?

¿Visitaste la tumba de nombres torcidos
O cabaste una en mi ausencia?
A quién observaste morder tibia carne
En un precoz despertar
O no has visto a nadie en los años
Que la noche deposita monedas
Cuando yazco en paz

Se te cae el rostro en mil partes
De esa carcasa oxidada de sal
Sale a poco tu labio fruncido
Y las cejas desdeñosas
De mirar y mirar
Lo sé te dije una vez
Que al iniciar la luna la plata suele cansar

¿Estabas solo con tu vergüenza?
O tú has hecho una soledad
Con las hachas del cuarto
En el que respiras tinieblas
Mientras ves a diario tu sola presencia

No hay festival con tu rostro quebrado
Y aún el júbilo remueve mis fibras resecas
Mi mano se extiende ya sin letargo
Dime qué has hecho
Mientras estaba muerta.

BrenMar

miércoles, 25 de octubre de 2017

Un pie de sol

Cuando soy aplastada
de nuevo
aunque erice la piel
y saque los dientes
cuando soy disminuida por la luz
me hallo torpe
absurda
¿cómo he venido a creer con tal ahínco?
¿por qué me figuré una choza con destellos dorados
en estas cienegas sin remedio?

Cuando soy aplastada
un pie muy pequeño y letal
cae sobre mí
me percato: es de mi color
huele a mi tierra
sabe a mi sudor
me tuerce por dentro
como gancho que teje desvarios

Es el alarido de un martillo
ese pie que me aprieta contra el mundo
hasta que me convenzo
de que no hay nada dentro de mí
nada que pulir
nada que desdeñar

Cuando soy destruida
me veo  más diminuta de lo que creí
aquellas mañanas en que hinchaba el pecho
y corría ilusa
creyéndome alta y firme
más que mi sombra proyectada en el asfalto

Tan pequeña me siento que el aliento de la noche
me lleva a rodar con su reclamo
al sitio más oscuro en mi recuerdo
aquél espacio donde sólo caen hojas
y no hay música
donde es fácil rasgarse la rodilla
y sentarse a llorar desconsolada
como niña
mas sin serlo
donde al final un reflejo
devuelve el golpe de un rostro deformado

Cuando soy aplastada estoy desprevenida
y en sueños lo aguardaba
el sol me corta con el fulgor de un rayo
con uno de sus pies
me hace pedazos
fragmentos más pequeños
de lo que creo ser.

BrenMar



martes, 3 de octubre de 2017

¿Hablarte con la verdad?

No puedo. No he podido hablarte con la verdad. Las palabras no son tan claras como aparentan. Hay intersticios difíciles de ver, aún con la lupa. En cada enunciado hay un vacío. En cada promesa encuentro ambigüedad. Las vocales muestran boquetes insulsos. Resulta abrumador. Desearía hablarte sólo con caricias, como un perro, ni siquiera ladrar.
Me parece no ser real. Si no te digo la verdad de mí, ¿no soy yo?, a menos que siempre haya sido la que no habla contigo las verdades sobre mí. Pero no quiero creer eso porque mi anhelo es ser tan diáfana al comunicarme contigo, que entiendas quien soy. Mi deseo no se corresponde con los hechos y pienso, entonces, que soy un gris fantasma. ¿Será que siempre sabrás sólo la mitad de mí?, mis palabras sólo te darán una fracción de lo que te quiero ofrecer, y tú tomarás ese paquete deformado a tu manera para hacerlo tuyo. No serás, entonces, el que se enamore de mí, si no el que se enamore de eso que digo ser yo y de lo cual te apropias con tus propias reglas.
Soy torpe.  Me sumerjo en cómo decirte qué. Soy vagabunda en los sueños, y no logro hacerme espacio en ningún lado. Salto, voy y brinco sin germinar ideas completas, comprensibles. Mi sinceridad revuelve. Son solo ocurrencias fatuas. Me siento dispersa, liviana, el aire es capaz de llevarme a las nubes y no hacerme bajar nunca. Voy a perderme por no decir la verdad. Me cuesta. Es un listón que ciñe mi garganta pero también es una mentira bien atada, aunque la uso, la desdeño.
Tenía en mis manos un puñado de buenas intensiones, números, cálculos, argumentos, manuales para decirte eso que vengo fraguando en mi mente. Creí estar lista, mas quedé impávida, no supe qué hacer con todo aquello en mi cabeza y en mi habitación, porque después la habitación se mostró más grande que el mundo, casi con sus mismos colores y con las mismas luces del anochecer, ¿cómo iba yo escribirte de todo ello? Carezco de elocuencia, de esa lógica que tú presumes, ay, los trazos me parten la cabeza, entonces te dije todo lo que se me ocurrió, muchas ideas. Articulé palabras que pocas veces pronuncio, enumeré problemas que jamás pensé, la angustia fue grande, más grande cada vez al ver que no decía nada. Otra vez nada era cierto. Yo no era real, era el sueño con la boca llena de embustes, majestuosos y adornados.  No fue gran cosa la que pude comunicar.
Voy, salto, me retuerzo como si estuviera sobre una resbaladilla de aurora boreal, verde como el musgo de los bosques, reclamo a mi inconsciente su estupidez. Quizás la 'yo real' sea el sinsentido que se desliza sobre mi lengua, a lo mejor un día logre decirte algo inteligente o al menos bello, quizás algo verdadero sobre mí.
O, no sé, tal vez sólo me ames en el silencio.
BrenMar