domingo, 26 de agosto de 2012

Me hallé tibia y sola

Me hallé tibia y sola.
Hey, grité, ¿hay alguien ahí?
Nadie, respondió mi pequeña yo encerrada
                                                                     la que me atiborra de palabras, nadie.
Descubierta entre la mediocridad que crié, abrí mis entrañas, la carne y la nada.
Me encontré vagando, insegura, con la vida sobre los labios.
Me descubrí mujer. Con una talega muy llena en las manos, con los pies anclados.
Bajo un fétido verde mar.Desgraciado.
Me encontré con el gozo en los pechos.
Con la vergüenza moribunda entre las piernas
Sola, con la embriaguez del oscuro Hado.
Me hallé. Aún no sé dónde.

Brenda Marcela

domingo, 19 de agosto de 2012

En un puente


Te amo
Y te temo tanto
Padre
Hermano mío
Amante inmisericorde

Observo
En la reverberación del día
Yaces en un puente
Con la daga en la mirada
Y la limosna en el alma
Pequeño
¿Cómo sobrevives en este sitio
Donde no nos queda humanidad
Ni en los dientes?
En quién confiaremos
Hoy que  las calles
Se mueven de llanto
Que soy olvido
Como tú
Vendiendo dulces
En el camino

Hombre deforme
Desconocido
Abuelo dime
¿Fuiste acaso como este niño?

Brenda Ramírez

miércoles, 15 de agosto de 2012

Notas de hartazgo 1

Te daré un nombre, arrancado de la luz que se esconde bajo mi cama. Escupiré tu pasado con mi cadavérica palabra sinusoidal. No te hago ni cosquillas, ¿verdad? Moleré la desesperación, me dejó con pocos dientes, debo aplastar los celos, incomprendidos asesinos que tan mala fama tienen. Ya me equivoqué contigo. Hablé a mi antigua mujer, me respondió como siempre, cien versos en una hoja dorada. Tú, me matas con la daga que te enterré, ni un verso de tu mano o de tu boca empastada. Por eso me arranco la mirada. En un poema preliminar, derroché mi corazón  al fondo de un gran peñasco… ¿quién se lo comerá?  Búscame aunque no quieras. Búscame en el funeral de la monja que conocí ayer, te invitaré un cigarro para que me mires, amor mío.  Y  si te da asco el beso de mis labios rosas, no importa, los besos pasan desapercibidos ante la locura de mis manos, ¿no ves?

Brenda Ramírez