domingo, 7 de julio de 2013

Caos

El romanticismo suicida nos hizo un guiño, tú me miraste para reír. Masticaste mi origen y desechamos el drama. Nada de muerte ni alcohol en las lágrimas. Toda la basura de tus vecinos la soñamos en sus culos ¡para que aprendan! (risas). Asimétrica me concibió el mundo, ¿de qué otra forma habríamos de entendernos?  Imperfecciones asidas a la cama, repasamos algunos recuerdos con aguijón, reímos más. Las vibraciones matemáticas irrumpieron nuestros pensamientos,  todo es perfectamente vertical, todo para el cielo prometido y para los puños erguidos en la victoria. Nos tragaba el mundo y sus relojes imprescindibles, nos comía la tierra con sus millones de años,  los miedos de cada hombre tocaban la ventana. Carcajadas, nadie abrió jamás.

Brenda Ramírez

Volcanes

Dijiste que descubriéramos los volcanes, el signo latente de nuestra estirpe. Resbalaron las leyendas de tu lengua. El mundo no se detuvo ni un instante, ni el tiempo que inventamos, ni los deberes o las trayectorias, ni el caos cerró la boca, todos prosiguieron: Valeria en su bicicleta, mamá cocinó arroz, dos arrugas más para mí y la abuela, el olvido sacudió la tarde frente al teléfono, tu hermana lloró entre los comerciales de televisión, el reloj dio señales de vida tica, tac, las seis; el sol ruborizado caía, un gato agonizaba.  Me precipité a las leyendas, entre viejos dioses y serpientes. De tu lengua brotaron adioses.

Brenda Ramírez