El romanticismo suicida nos hizo un guiño, tú me miraste
para reír. Masticaste mi origen y desechamos el drama. Nada de muerte ni
alcohol en las lágrimas. Toda la basura de tus vecinos la soñamos en sus culos
¡para que aprendan! (risas). Asimétrica me concibió el mundo, ¿de qué otra
forma habríamos de entendernos?
Imperfecciones asidas a la cama, repasamos algunos recuerdos con
aguijón, reímos más. Las vibraciones matemáticas irrumpieron nuestros
pensamientos, todo es perfectamente vertical,
todo para el cielo prometido y para los puños erguidos en la victoria. Nos
tragaba el mundo y sus relojes imprescindibles, nos comía la tierra con sus
millones de años, los miedos de cada
hombre tocaban la ventana. Carcajadas, nadie abrió jamás.
Brenda Ramírez