domingo, 28 de junio de 2015

Murmullos

I
La voz que poseo no es para cantar
Mas de murmullos es mi constitución.

II
Oraciones suaves dan cosquillas
Él me convoca
Mis oídos vibran
Con el pistilo carnoso.

III
En noches de secas
Aguzo las sílabas del señor Terror.

IV
En el entierro
Mis suspiro se arrastraron bajo sus pies
¿Quién besó la tierra?


Brenda Marcela

viernes, 26 de junio de 2015

Injurias

Gotea mi garganta un jugo espeso: es el acento dañino de mis palabras el que me quema el cogote. Las injurias prorrumpidas sobre los monumentos de pañales usados, me incendian. Arrojar maldiciones bajo los puentes de olor a caño me hace arder. Es el frenesí al invadir mi lengua. Hierve la saliva.

Brenda Marcela

martes, 23 de junio de 2015

Pájaro loco

Tic tic, tak tak tack, tack tack tack , tack kkk... Monótono, persistente como el pájaro carpintero horadando un árbol. Pero éste no es un simple pájaro, tiene el pico gangrenado y malicioso.  Mi cabeza no es un árbol, es un depósito de gusanos retorcidos. ¿Se ríe de mí? ¿Desde cuándo sabe lo que pienso? Me hiere su tack tack tack. Maldito pájaro loco, no es tan divertido como antes.

Brenda Marcela

miércoles, 10 de junio de 2015

Desnudos

Sé andar mejor
con los pies desnudos
en la tierra
                    en canela.

En los horizontes del anochecer
sé saltar mejor sin calcetines.

De la arena cojo las pesadillas
las paso entre mis dedos
y bajo el puente de mi pie.

En la polvareda
los dedos se agasajan
                                se  ocultan de sol
y aún en días de cieno
mis pies desnudos
están mejor.


Thinking


domingo, 7 de junio de 2015

Coladera

De la tierra-chocolate vienen mis piernas, de los árboles partidos son  mis brazos. Mis lágrimas de arena cubren la repisa de los cachivaches. De los rayos vienen mis gritos. Mis sueños son fluidos de colores que van a la coladera: la gran boca del mundo.


Brenda Marcela

El gato

Música de nueces que no llega ni a los pelos del gato que medita sobre el ojo hundido del huevo estrellado, huevo cubierto de pelos grises de felino. Piensa el gato en las flores de los monstruos marinos, ¿serán púrpuras, violetas o sólo de color verde fosforescente? Y se ríe también, mientras lo piensa, de las crayolas que no pintan nada en el aire.
La música de nueces no llega a los pelos de un gato como éste, que se imagina hecho de estambre.


Brenda Marcela

Shiva



Que me pise Shiva, hoy que escribo. Que me golpee mi madre hoy que he hablado y que Dios baje a decirme que estoy equivocada. Mis versos a la letrina, que el amor me viole. Mis dedos en las estrellas, mi vagina en el sol, las lágrimas en los retratos, cuando parecía niño y usaba zapatos de tanque. Que nada quede, ni los deseos de llegar al mundo o de tocarte en el tercer sueño, sin sexo que complique ni profesión que distinga. Nada, ni el vapor o el recuerdo de mi primer llanto, que se diluya en los miles de nacimientos, con o sin bautismo, sin año, día o lugar. Que me aplaste Shiva, hoy que he escrito.


Brenda Marcela

Nací


Nací después de tu boca
tras el olor a crema barata
cuando abrí los ojos
después de la estancia
torcieron mi cabeza
me salieron dientes de enfermo jabalí.

Nací
olvidé insulso pasado
comencé a perder la vergüenza
dejé atrás la seriedad y el recato
anduve
bajo los genitales de la noche estentórea
y el aliento sinvergüenza.

Nací en música obscena
entre la añoranza del mentiroso
jamás hermoso ayer.

Nací
cuando la mañana
engendró en mis labios la rutina
de ruin mujer de ojos vacíos
y esperanza de niña.

Brenda Marcela

Niña incauta

Niña incauta bajo el sol, sueña quimeras salvajes, duendes bien parecidos con alas de abeja, niña que juega la tierra, reconstruye pasteles de lodo, bebe jugos, atropella gusanos.
Girasoles malvados escupen a Dios (se persigna), sueña insectos violadores, un refugio para escudriñarse. La niña se sabe amar, tremenda, con maltratos en el corazón, placer en cada instante (siente sed), la ansiedad la consume en el escondite. Soy la niña que murió hace años. Aunque con pechos de madre y con los pies hechos raíces, sueño bajo el sol.

Espiral caracolienta

En la espiral del caracol no había nada. Sólo estaba él, caracol bajo las hojas, sobre la tierra húmeda. Antes de que el sol resplandeciera, antes de que los padres bajaran con sus hijos al jardín, permanecía el caracol en su escondite, asomando de vez en cuando sus antenas para vigilar el cielo.

Llegaron dos niños riendo, con sus manos llenas de cacahuates, ya amanecía, mas las nubes no dejaban a los rayos del sol brillar. El caracol sacó sus antenas para ver si podía salir de su escondite y calentarse bajo los rayos solares.

No vio el sol. Oyó ruidos, sintió como la tierra tembló y vibró de bajo de él: venían los dos niños jugando a la guerra. Saltaron, se patearon y en el pasto se acostaron apoyándose para jugar fuercitas.
El caracol asomó sus dos antenas, la luz del sol comenzaba a verse a través de las nubes, los niños se tomaron las manos, las apretaron y comenzaron a luchar, el caracol se arrastró hacia afuera, el sol lo saludó con un rayo luminoso, ¡crack! :un niño venció, dejando caer los puños sobre la espiral caracolienta.


Brenda Marcela

miércoles, 3 de junio de 2015

Leviatán

Si te digo, Leviatán,
que cierres tus fauces
¿te irás de mí?


Eres un desacierto

un caos completo,

¿por qué te remueves,

en mis mares fétidos?

Sal de aquí.

Brenda Marcela


Rostro

No te burles
de la funda de mi rostro,
jamás he buscado ser
alguien encantador.

Las esquinas de mi boca
han terminado en vituperios
que se dirigen a mí.

Haré la noche eterna,
cobijaré mi delirio de inteligencia.

¡Otra vez anochece
en mi turbia cabeza!
reduciéndome a hormiga,
lanzándome a las sombras
bajo el comedor.

Brenda Marcela


Clepsidra



No soy nada de lo que crees
o te han dicho.
Soy un reloj sin prisa,
sin horas en el alma,
clepsidra imperturbable,
con infinita agua.


Brenda Marcela