sábado, 23 de agosto de 2014

Es bastante tiempo

Es bastante tiempo de comer sangre con la mirada,
de verla discurrir por los noticieros,
leerla en los diarios, oírla en  voz de los vecinos,
 casi puedo saborear la sangre emanando hora tras hora,
 en  cada esquina sobre de la tierra, ¡Cuántas noches de sentir los gritos de aversión,
 de la periferia del mundo a cada centro, y corazón?
Miraremos el cielo a la hora de un disparo,
cuando caigamos porque un hermano,
tuvo en sus manos la decisión.
 Nos hemos contagiado
de  prosperidad egoísta.
Destrucción a quien no es mi familia:
 no tienen origen ni historia,
son escoria, granos de sal.
La gangrena se ha colado en los pellejos humanos,
 por las gargantas  y las manos,
del cráneo al cerebro, tuyo y mío.
Se pudren las casas, las escuelas, las semanas.                  
Intuyo la podredumbre que se adueña de las gentes,
 temor e indiferencia,
en los niños, en  los hombres de saco y corbata,
en las madres sin aliento, y en los ancianos solitarios;
 en los profesores sin vocación, en las muchachas de uñas largas.                                
La veo en la basura de las calles, de las aulas,
la siento en mí,
germina,
se amontona, crece cual moho
peor que cualquier  hongo.
Será que los días son malos,
que todo ha perdido su sitio,
que  corremos lento,
y deseamos bastante,
que no confiamos en las sonrisas,
no entendemos a la tierra.                                    
¿será el tiempo a punto de estallar?
Ojalá lo hiciera.
¿Por qué nos carcome la miseria?
Olemos a seres humanos,
la ayuda apenas destella,
besamos las caricias,
 reímos aún,
¡Aún lo hacemos!
Pero la hilaridad no extingue a la desgracia.

Marcela Ramírez

tomado de Niño ¿Y por qué lloras sin mí? Litera, 2012


Hoy sé cómo se desmoronan las estrellas

Hoy sé cómo se desmoronan las estrellas.
Mis ojos no hallaron refugio,
 en la esquina donde aguarda el ocio,
 tampoco en el tiempo, dormido sobre tu sofá
¿Cómo se puede pudrir paz?
He visto caer la luz al pavimento mojado,
 igual se han ahogado las gotas que al océano no quieren llegar.
 Inmersos  aquí, nos sofocamos hombro con hombro,
así ha sucedido, no soy nadie, la humanidad es un ente sin rostro.
Yo nací, nací despierta,
después me he quedado en ensueños,
temiendo a las pesadillas.
He perdido mi causa, mi cauce,extravié el olvido,
mordí el pasado presente en las banquetas, en el tazón de la cena,
en la brisa incandescente, en el mudo respirar de la tierra.
Una gotita más, diluida en la sal: no me veo.
Hoy sé, cómo se desmoronan las estrellas.                                                  
He visto caer, lo más elevado:
intenciones, anhelos al mar salado de la pena,
¿Por qué no habrían de morir ellas

Marcela Ramírez

tomado de Niño ¿ y por qué lloras sin mí? Litera 2012

Niño

Niño
La cólera amarga mi pan.
Lloró por ti,
por tus lágrimas de adiós,
y  tus gritos de dolor,
pavor de tus piernas, al verse golpeadas,
 horror de tu alma cuando fuiste ofendido.
Sufro tu sufrimiento,  el mío no es nada,
ni un ínfimo segundo de tu cautiverio y tristeza.
 Lloro tu risa sepultada, la tarde de tu rapto,
 la lejanía, ¡infantil presencia!
Tu ausencia en tu cama y almohada,
 que hayas dejado solas las paredes de tu cuarto y casa.                                        
 Ojalá tus lágrimas borraran la sangre,
ojalá estas líneas sirvieran de algo,
que pudieran hacerte olvidar
y volver sin las llagas.
 Me avergüenza  pertenecer a la especie
que te arrebato el Día de Reyes, Navidad y cumpleaños,
que alejo de tus manos el pasto, tierra y castillos de arena.
Niño, no soy nada, pero en sueños siento la ruina.
Hoy desperté: sigue ahí,
 y me la quedo si tú te salvas,
la acepto si tu ríes y saltas.
 ¿Quién te tiene cautivo?
 Tampoco puedo reír,
nada ha ido bien,
no me dispongo a olvidar tu partida,
 lloro que hayas conocido,
 la perversidad con  pies y piernas,
que debías estar afuera ensuciando tus rodillas,
¡Ultrajaron tu alegría!
Odio que no puedo hacer más,
que las bestias te hayan encontrado,
lloro que no sé tu nombre,
y que quien lo conoce
te extrañe.

Marcela Ramírez,

tomado de Niño ¿ Y por quhé lloras sin mí?, Litera (2012)


sábado, 16 de agosto de 2014

Torpe búsqueda

Torpe la búsqueda,
yo ya estaba aquí
desenvolviéndome,
rasgando mi disfraz de niña
zurciéndole otra vez,
amando a la mazmorra
donde solía dibujarme
besando caracoles con luz
llené mi casa de espirales,
búsqueda exhausta
estuve aquí
cazando oscuridad
pintándola de blanco,
estuve y amé hasta implotar
escribí hasta reventar los dedos
que mi madre me obsequió
ya estaba aquí y el mundo murmuraba,
reía con la comida entre los dientes,
qué torpeza, oh, qué dicha.


Brenda Marcela R.M

MIEDO

Tenía miedo de faltar y de que nadie leyese las tundras que deparé para la diversión,  de que nadie supiese de la intensidad que lanzaban mis versos a la yugular, directo al estómago y a los genitales, para hacer amar, para desesperar. Temía que nadie supiese de la locomotora que surgía de mi garganta, de los temblores en mis dedos que me hacían escribir a la muerte y a la diosa que me permitió ser de cacao y veneno. Temía morir sin que nadie fuese ofendido por mis rumores, temía no ensangrentar ningún oído, temía no dejar mojados a unos cuantos y no poder jamás seducir con esperanzas a las mujeres. Temor infame que me rodeaba. Temor de cerrar todo sin hundir a nadie en la marea de peces que contenía en mí, peces dulces y hambrientos.Horror mío de asfixiarme con la muerte del cerdo y no dejar en nadie la chispa de mi menjurje selvático.

El horror se tornó sublime, una delicadeza al caer el sol sobre los cuerpos amontonados entre los que me encontraba. No importaba ya. ¿Qué sabía yo de las cuencas del hombre de a lado, o de las escamas de otros tantos? Nada, desconocía a toda la humanidad, a las mujeres que me ceñían de los brazos, a los niños que conmigo querían jugar. Horror pequeño. El sol nos escupía igual, la lluvia nos inflaba igual. Mañana sería mío y del mundo también, las flores se secaban con amabilidad. Delicado murmullo del día, pasó y se volvió ayer. Hinchados y deshechos, unos fueron primero. Delicado y singular fue aquél despertar.

Brenda Marcela R.M.

sábado, 2 de agosto de 2014

Cubículo punzocortante

Nací con la muerte-luz. Camino barrigona acolchada con mi día cubículo-llamada en la mente, triste rectángulo naranja, llevo tres pesos en la falda. Tal vez regrese o quizás, quedemos punzocortante-distantes de nuevo.


Nació la muerte, luz. Camino barrigona con mi cubículo acolchado que llama al día en la mente. Naranja en la falda, tristes tres pesos en mi rectángulo, tal vez quedemos punzocortante-distantes de nuevo con tu 'quizás regrese'.


Muerte-luz nació. Barrigona en mi cubículo acolchado, llamo al día que camina en la mente. Naranja triste en los tres pesos de mi rectángulo en la falda. Quizás regrese de nuevo y quedemos distantes con el punzocortante 'tal vez'.

Brenda Marcela R.M.