viernes, 26 de abril de 2013

Letanía



¡Sálvame! Oh, histeria malnacida, licor de anochecer. Allá vienen los verdugos llenos de amor entre las piernas, sálvame, miseria de mil años. Devoraré a los niños de estómagos vacíos, en mis adentros hay un canal donde podrán beber diáfana vida —y la profesional tristeza, morirá—. Pequeños, un día los veré crecer y vivirán con fuego.

Hombre de diez años, te he podido amamantar con la locura de mis pechos en la mañana ¡Sálvame! Los hombres sabios  y las mujeres hermosas me seducen y yo digo sí, vamos, al final no es tan malo. Es absurdo llorar con mi pecho fermentado.

Sálvame, y no digas que esa es mi tarea,  sea cierto o no, te lo suplico, las ilusiones no son tan malas. ¿De qué otra manera podrías haber nacido?

Los rezos no me van bien.

Brenda Ramírez