Estos días soporíferos dibujan espantos en los humanos. Yo
soy como una bestia, lamentablemente,
sofisticada y ridícula. Quisiera ser una verdadera bestia, hedionda sin pensamientos
helados y dolorosos. Ruin camino de mis pies hendidos ¿Para qué estar a tu
lado como larva?
Me lastimé. Estoy rota, ahí, donde te pierdes, donde me
vulcanizo y después lloro porque me despedí. Me dije adiós, ya
eres otra, no eres nada, mujer que pisa los talones de sus amigas. En
las tardes, cuando te absorbo, nos disolvemos en el anonimato dulce y peligroso. No importa ser nada.
Pero bien podría ser tu mascota, quisiera serlo, disfrutar
de tus manos sin ningún reclamo, sin
ecuaciones ni historia, sólo tus manos, sin mi tristeza y mi razón, sólo tus
manos rasposas en mi pelaje de hembra olvidada.
Brenda Ramírez