martes, 17 de enero de 2012

Pértigas



Deja de sofocar las pértigas
que erigen mi cuerpo,
qué soez lenguaje el tuyo
para hacerme entender.
Los palos
me rompen la boca,
y cuando la luna baja,
casi podemos ver los callejones y las escaleras
que llevan al hotel de los frustrados,
de las mujerzuelas de vestido raso.
Bailan las almas de los sopranos,
y los payasos hacen mascotas para adornar
mi anticuada soledad,
sabios de fama lúgubre beben vino violeta,
sigues deshaciendo mi íntegro corazón
cual madeja mojada.
Pierdo el suelo,
se va la luna,
ya no tiene sentido apretarme tanto.


Brenda Ramírez

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