miércoles, 25 de octubre de 2017

Un pie de sol

Cuando soy aplastada
de nuevo
aunque erice la piel
y saque los dientes
cuando soy disminuida por la luz
me hallo torpe
absurda
¿cómo he venido a creer con tal ahínco?
¿por qué me figuré una choza con destellos dorados
en estas cienegas sin remedio?

Cuando soy aplastada
un pie muy pequeño y letal
cae sobre mí
me percato: es de mi color
huele a mi tierra
sabe a mi sudor
me tuerce por dentro
como gancho que teje desvarios

Es el alarido de un martillo
ese pie que me aprieta contra el mundo
hasta que me convenzo
de que no hay nada dentro de mí
nada que pulir
nada que desdeñar

Cuando soy destruida
me veo  más diminuta de lo que creí
aquellas mañanas en que hinchaba el pecho
y corría ilusa
creyéndome alta y firme
más que mi sombra proyectada en el asfalto

Tan pequeña me siento que el aliento de la noche
me lleva a rodar con su reclamo
al sitio más oscuro en mi recuerdo
aquél espacio donde sólo caen hojas
y no hay música
donde es fácil rasgarse la rodilla
y sentarse a llorar desconsolada
como niña
mas sin serlo
donde al final un reflejo
devuelve el golpe de un rostro deformado

Cuando soy aplastada estoy desprevenida
y en sueños lo aguardaba
el sol me corta con el fulgor de un rayo
con uno de sus pies
me hace pedazos
fragmentos más pequeños
de lo que creo ser.

BrenMar



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