Aquí no puedes censurarme. Quizá me
des alguna observación pero yo te daré el carajo que se desvanece
en mi cuerpo. Llegaré tarde al mundo, no salvaré ni a un alma del
suicidio. Mas cantaré en las cabezas de los moribundos pensando apenas
en ti que eres el mundo. Y si el dios pequeñito que guardo junto a
los dulces de mi niñez, si quiere abrazarme, le daré mi vacío y mi
corazón que muere.
Marcela Ramírez
No hay comentarios:
Publicar un comentario