viernes, 7 de septiembre de 2012

Confesión 1. En 4 partes


I
Es la luna inconclusa de tus desvelos, con té limón dentro de la arcilla. Me astillaste las manos. Cruel: tú .   Tu desfachatez estimula mi llanto. No creo en nada. Entraste con rencor, ¿para qué? Soy tuya desde que me atreví a mirarte. Algún día me arrancaran de tu dominio, desde la raíz dibujada en mis dedos deformes y gruesos. 
II
Escucho un discurso, allá a lo lejos, de la llamada civilización, de la famosa dignidad. Escucho unas voces, aquellas del orgullo y la separación. Alégrate, ya te irás.
III
Me dejas estancada en el suelo de los sauces que no existen aquí, en la tierra infértil donde los gusanos viven en armonía y se comen las florecillas, aquí estoy mientras me abofetea el viento y me escupen las ráfagas de enero, mientras me olvidas .
IV
¿Para qué esforzarme en tu estancia entre mis piernas ancladas en azufre? ¿Para qué, si el fin se dibujó con la sonrisa malévola en un principio?  Yo, siempre ridícula, construyendo la guillotina con palitos. Sin dormir. 

Brenda Ramírez

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