Será una simple carta
escrita desde el sueño profundo
donde nos ha arrojado este fervor
que gira con la vida entre los dientes.
En las aguas de tus pensamientos me hundiré,
no importa.
Una nota para el amor desvencijado,
cansado de tanto ser nombrado
ya no lo diré otra vez
lo arruino,
estamos arruinados
con estos años
y las horas que no cesan de gritar
a través de los relojes,
me arañan,
qué tonta.
Será mi torpe grito
que no escucharás
-sólo puedes reconocerme
cuando estoy al frente-
de otro modo
¿cómo hacerle?
Pesándolo mejor
será una caricia,
la última en el suspiro más hondo,
aquel que se escapa
de nuestros labios gimientes,
será la última.
Hasta el nuevo siglo, querido.
Donde sea yo, por fin un silbido
tú, sin dolores
mi cierzo matutino.
Será en mi olvido,
en este instante
te veo pronto, cariño.
Brenda Ramírez
No hay comentarios:
Publicar un comentario