lunes, 11 de junio de 2012

Amor de espejos rotos


Llamé tres veces
nuestro corazón no existe.

Un raticida
en mi boca
debe ser el mejor reflejo
de mi realidad:
amor de espejos rotos.
Tengo una corazonada
ay, muerta mía
linda muerta
sólo tú
has de saber
o entenderme,
nada quiero ya
menos sangre que se coagula
en cada palabra descubierta,
menos estos versos
hijos 
de mi deformidad,
de la pasión
hecha senos de vida,
no los quiero
ni un solo verso
¡al demonio!
Déjenme vacía e infértil
así, todos se irán.

Brenda Ramírez

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