La carta que me escribiste
la única de paño gris,
la he perdido.
Como alimaña en su madriguera
busco y me retuerzo,
¿dónde estarán?
trazos olor a humedad.
Tus terribles garabatos
los rastreo,
lamo tus huellas,
hundo mi nariz
en la fotografía:
te deseo
risa malévola,
mirada devoradora
de mi pequeño mundo.
Dónde está la carta
para sentirme querida,
para lisonjear mi vanidad
y recordar
que tu mano centinela
extrajo mi aliento.
Aguardaste afuera de mi cuerpo
con paciencia y ardor
hasta hallar el momento de embestir
mis miembros agitados.
Despojos míos
restos inútiles
¿dónde están las palabras
que tus dedos me dedicaron?
Bren Mar
No hay comentarios:
Publicar un comentario