sábado, 16 de abril de 2016

¿Y si se equivocan?

Aquí todos son expertos en justicia. Están proveídos del mejor juicio,de las opiniones más acertadas, todos poseen ideas claras y esquemas por de más diáfanos. Son, incluso, sumamente creativos para proponer los castigos que han de terminar de una vez por todas con los abusos, y si no, al menos propinarán el sufrimiento merecido. Aquí son hábiles con las palabras, con los insultos fructíferos disponibles en todo momento. El disenso se pierde, porque aquí las voces en avalancha, en tendencia creciente,en masa, suenan fuerte y son las dictan cómo las cosas son. Las palabras, a veces, casi son ciertas. Casi. Hay una brecha pequeñísima donde cabe la duda a la que pocos recurren porque es incómoda.
-Pero ¿quién va a dudar? Si es evidente ¡Evidentísimo!
-Muy bien.
-Hay indicios.
 -Perfecto.
-Testigos (totalmente neutros)
 - Ajá
-El 90% piensa igual y están de acuerdo
- Bien, pero, ¿y si...?

Sedientos de justicia, por favor, este mundo se cae a pedazos, ¡no lo ves! Peor que nunca,, este mundo enchido de delincuencia, abusos, robos, homicidios. Justicia, por favor, Mas la desesperación, desestabiliza el organismo, hace tremer, la cabeza se calienta, los ojos se dilatan: ¡hay miseria donde sea que se mire! Hay miseria y hay culpables de esa miseria ¡Es culpable, es evidente, evidentísimo!

Hemos de estar con los ojos bien abiertos para castigar, para juzgar hasta el hartazgo, Porque de tanto insistir, a veces puede dar resultado y todos los dedos señalando al mismo punto no mienten. Hay castigo para los más miserables.
-¿No ves su cara de pervertido, de rufián? ¿no lo ves!
-Lo veo. Pero ¿y si?

A veces da resultado tanto insistir junto con mil voces marchando al mismo veredicto. y las voces sofocan el disenso, y los gritos usurpan la verdad. El bullicio se eleva porque es evidente, no cabe duda. Aquí todos somos privilegiados de poder decir, decir y decir al antojo. Pero se dice con tanta facilidad. Tan seguros de nuestras propias palabras que las creemos, las dejamos relucir ante la menor provocación, La palabras es fuerte, marca y lacera en la misma media que puede conmover y halagar, no debería de tomársela tan a la ligera porque  ¿Y si se equivocan? ¿ Y si nos equivocamos?

Brenda Marcela


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