No
te burles
de
la funda de mi rostro,
jamás
he buscado ser
alguien
encantador.
Las
esquinas de mi boca
han
terminado en vituperios
que
se dirigen a mí.
Haré
la noche eterna,
cobijaré
mi delirio de inteligencia.
¡Otra
vez anochece
en
mi turbia cabeza!
reduciéndome
a hormiga,
lanzándome
a las sombras
bajo
el comedor.
Brenda Marcela
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