Mañana, comenzará con una sonrisa, con el calor de lo matinal.
Con mi poesía estancada pidiendo muerte, y las ubres del cielo sobre mi cara. El
colguije frugal en el cuello, y la calma por dentro. Comenzaré yo, con mi
adorno dulce en los labios, esa mentira que tan bien me va. Besaré el rencor de nuevo, intentaré ser
coherente, quizá termine algo, tal vez sólo versos. Mañana… espectro de cada noche, mañana, seré otra, de nuevo andaré en dos patas, civilizada,
usaré zapatos y sonreiré, volveré a usar esa talega y dejaré de ser esta
bestia.
Brenda Ramírez
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